El Tarot es un mazo de cartas, utilizado comúnmente con fines adivinatorios, pero en realidad, su función es escudriñar y adentrarse en la profundidad de la psique para exponer aspectos, que pueden estar interfiriendo en el desarrollo de la vida o, que por otro lado, pueden ser aprovechados para nuestro propio beneficio.
Cada naipe de la baraja, constituye un Arcano distinto. El hecho que a cada carta se le denomine de esta forma, refleja perfectamente la función que tiene la lectura del Tarot, puesto que la palabra “Arcano” proviene del vocablo latín arcanum, que significa misterio o secreto.
Esto implica que en realidad, con cada naipe se pueden exponer aspectos que permanecen ocultos en la mente, y que tienen la posibilidad de ser reconocidos mediante la interpretación de la simbología dibujada en cada carta. Por otra parte, el Tarot procura ofrecer una guía para manejar tales secretos.
Existen virtudes latentes en el interior, así como terribles demonios escondidos en la mente. Por tal razón, algunos tildan que una baraja puede ser positiva, mientras que otra es negativa. La verdad, es que no puede haber luz sin oscuridad, y la importancia de esta dualidad es demostrada a cada instante, con cada Arcano.
En la lectura, se presentan los aspectos como un todo, no se suprime lo malo ni se exalta lo bueno. Se ofrecen ambos por completo. A partir de allí, se brindan distintas posibilidades, donde se pueda incorporar todo aquello que resulta beneficioso, a la vez que se intente desmontar todo lo que perjudica.
Existe un misticismo que rodea al Tarot, o mejor dicho, a la certeza con la que muestra los aspectos de la mente. Esta magia ha sido estudiada con el paso del tiempo para pretender explicar por qué funciona. Y aunque las teorías son múltiples, la verdad es que brinda una guía espiritual muy valiosa.
El mazo del Tarot está dividido en dos grandes grupos: los Arcanos Mayores y los Arcanos Menores, estos últimos, generalmente, están conformados por los cuatro palos de la baraja española: espadas, bastos, copas y oros. Los naipes más importantes en el mazo son los Arcanos Mayores.
Cada una de estas cartas forma parte de un proceso incesante de expansión y crecimiento, ya que poseen una numeración secuencial. Con ella, Los Arcanos Mayores representan la naturaleza evolutiva de la propia existencia. El estudio ordenado, permite obtener la comprensión de la progresión de la vida misma.
Número de Arcanos
Generalmente, el mazo del Tarot está conformado por 78 barajas, de las cuales 22 pertenecen a los Arcanos Mayores, donde cada uno de ellos está representado mediante un número único, de manera secuencial. Aun así, existen otros tipos de Tarots en los que esta cantidad de cartas varía, al igual que lo hace el orden en el que se sitúan las mismas.
Del total de barajas que conforman a los Arcanos Mayores, solo una carece de numeración, pues está representada por el cero (0). Es por ello, que no posee una ubicación fija en el orden establecido por las cartas. Se puede ubicar bien sea delante del primer naipe, o también es válido colocarla posterior a la baraja XXI.
En la representación numérica, para el caso del Tarot de Rider Waite, se utilizan los números romanos. Los 22 Arcanos Mayores según este juego de naipes, son los siguientes:
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0 – El Loco.
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I – El Mago.
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II – La Suma Sacerdotisa.
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III – La Emperatriz.
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IV – El Emperador.
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V – El Sumo Sacerdote.
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VI – Los Enamorados.
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VII – El Carro
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VIII – La Fuerza
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IX – El Ermitaño.
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X – La Rueda de la Fortuna.
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XI – La Justicia.
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XII – El Colgado.
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XIII – La Muerte.
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XIV – La Templanza.
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XV – El Diablo.
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XVI – La Torre.
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XVII – La Estrella.
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XVIII – La Luna.
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XIX – El Sol.
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XX – El Juicio.
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XXI – El Mundo.
El Viaje de los Triunfos
Antiguamente, a los Arcanos Mayores se les conocía como Triunfos, puesto que eran los naipes que destacaban y que cumplían una función especial en el mazo, este nombre en la actualidad se suele designar cuando se refiere al Tarot como un juego de cartas.
La progresión que se muestra con la numeración secuencial de los Arcanos Mayores, convierte al estudio ordenado de estas barajas, en una fuente de sabiduría, pues permite comprender el trayecto que recorre un ser humano en su vida, con sus altibajos y su constante aprendizaje, producto de sus vivencias.
Este proceso continuo, parte desde el Arcano I: El Mago, donde se tiene al origen, el punto de partida de toda existencia, es el puente que une lo divino a lo terrenal para permitir que germine la vida. Con la experiencia que se obtiene al crecer, se puede pretender conseguir el poder, representado por los Triunfos II, III y IV.
La Suma Sacerdotisa, La Emperatriz y El Emperador, enseñan respectivamente el conocimiento, la resiliencia y la capacidad para actuar acertadamente. Esta es la forma más sensata para poder lograr la expresión, simbolizada por los Arcanos V: El Papa, VI: Los Enamorados y VII: El Carro.
Ellos son capaces de transmitir su moral, sus deseos y sus objetivos de forma clara, para poder optar a tomar el control, el cual está representado por los Triunfos VIII: La Fuerza, IX: El Ermitaño y X: La Rueda de la Fortuna, quienes tienen habilidades persuasivas para manejar competentemente a los aspectos negativos con los que se puedan topar.
Con ello, se logra conseguir la aceptación, simbolizada por los Arcanos XI: La Justicia y XII: El Colgado, allí se asume la responsabilidad de las propias acciones o de la carencia de las mismas. Y, cuando se logra comprender esta relación causa-efecto, se puede optar entonces por la transmutación, representada por los Triunfos XIII, XIV y XV.
La Muerte, La Templanza y El Diablo, manejan equilibradamente sus instintos para hacer florecer un cambio real, consiguiéndose con ello la reacción, simbolizada por los Arcanos XVI: La Torre, XVII: La Estrella y XVIII: La Luna, quienes se enfrentan directamente a los conflictos para intentar resolverlos.
De esta forma se obtiene la liberación, representada por los Arcanos XIX: El Sol, XX: El Juicio y 0: El Loco, los cuales, a través de sus acciones sinceras consiguen la pureza en su intención. Finalmente, como síntesis se tiene al Triunfo XXI: El Mundo, que engloba todo el trayecto realizado.
Por tanto, los Arcanos Mayores ofrecen un mensaje valioso, puesto que sirven de guía para intentar comprender y de allí poder mejorar cada aspecto que se indaga con el Tarot. No brinda promesas absurdas de perfección, pero sí da consejos sensatos que permiten la verdadera evolución. He allí el valor real de su lectura.
La Cartomancia y los Arcanos Mayores
La forma en la que es interpretada la presencia de los Arcanos Mayores en una lectura es muy diversa y depende en gran medida de la perspectiva que le otorga el propio tarotista y de la expectativa del consultante. Aun así, aunque el enfoque varíe, la utilidad que confiere a quien indaga en sus misterios, es innegable.
En la cultura popular, el Tarot es representado como una herramienta adivinatoria, a la que acuden aquellos que se encuentran buscando desesperadamente una esperanza a la cual poder aferrarse en un momento de gran dificultad.
Con esta visión de la interpretación del Tarot, se realiza una supuesta promesa en la que alguna condición soñada se dará en el futuro o que una situación indeseada al fin se resolverá, y entonces el consultante podrá ser feliz para siempre.
Este enfoque, el más erradamente popular y utópico, probablemente sí exista, pero quien inicia el estudio sobre el Tarot, lo hace generalmente porque busca una forma distinta de reaccionar ante la adversidad, es decir, pretende encontrar una guía que le ayude a comprender mejor los aspectos de su propia vida.
Convirtiendo así a su estudio, en una fuente de respuestas llenas de sabiduría ante preguntas trascendentales. Inicialmente la lectura es aplicada en el propio aprendiz y luego es compartida con los demás. Por esta razón, muchos usan al Tarot como una herramienta terapéutica personal.
La forma en la que funciona el Tarot es tan fascinante, que incluso especialistas de la salud mental han intentado explicarla (y utilizarla). Carl Jung veía en la interpretación de la lectura, una forma de proyección de aquello que está presente en la mente, pero que no se es capaz de reconocer.
Por lo que en la actualidad, se considera que la lectura de las barajas, responde de manera elocuente a inquietudes personales, brindando cierta claridad sobre esos temas de importancia. El grado de iluminación que se logra, depende de la capacidad para la que esté preparado en ese momento el consultante.
Por esta razón, el Tarot sirve de guía espiritual. La lectura puede, por un lado, pronosticar las situaciones venideras, para ello analiza las condiciones tanto del pasado como del presente, y, probablemente esta relación directa entre la causa y sus consecuencias, ha sido la que ha mantenido firme la creencia de que el Tarot es un arte adivinatorio.
Por otro lado, la interpretación de la simbología presente en las cartas, en especial la de los Arcanos Mayores, brinda opciones que puedan modificar las condiciones que actualmente se estén viviendo, para de esta forma obtener en el tiempo, un resultado diferente.
Vinculación con el esoterismo
Desde sus inicios, el Tarot ha estado ligado al esoterismo, es decir, a las distintas prácticas, rituales y doctrinas que buscan comprender esa naturaleza invisible e intangible que representa la espiritualidad. Los Arcanos Mayores, están envueltos en un halo de misterio, por ello facilitan el acceso al enigmático mundo interior.
La lectura de las barajas conlleva a la revelación de aquello que se ha mantenido oculto a simple vista, pero que siempre ha estado presente, sirviendo de medio de comunión entre lo físico y lo no-físico. Las interpretaciones que surgen en el Tarot, ofrecen pistas y señales que facilitan la comprensión de la propia espiritualidad.
Por esta razón, los Arcanos Mayores se encuentran relacionados a las ciencias ocultas. Ellos están envueltos en un misticismo poco entendido que hace que la interpretación cobre un sentido real en la vida, por lo que se crea un puente personal con lo divino, acercándonos a esa incesante fuente de energía espiritual.
Por otra parte, existen características particulares que individualizan a cada Arcano Mayor. Dichas características los asocian directamente con la Astrología. Esta correlación entre el Tarot y el estudio de los astros, genera una maravillosa complementariedad entre ambas artes.
Cuando se accede a los beneficios en estas dos interpretaciones, se produce una comprensión mucho más amplia de los misterios que envuelven la totalidad del ser humano, por ello el estudio de ambas ciencias ocultas resulta de mayor utilidad, frente a la indagación aislada en alguna de ellas.
Finalmente, la revelación de los secretos que ofrecen los Arcanos Mayores, permite analizar de forma coherente la relación entre el pasado y el presente, de manera que esta información pueda ser utilizada como predicción de eventos futuros, asociando al Tarot con la Adivinación.
Esta función a modo de oráculo, incentiva el desarrollo de la intuición. El arte adivinatorio, que probablemente se encuentre mal denominado, resulta en realidad de mezclar al razonamiento lógico con el instinto. Las predicciones obtenidas con el análisis de la lectura, pueden generar dos posibilidades:
Por un lado, que sirvan de pronóstico, es decir, que ayuden a comprender que si la condición actual se mantiene en el tiempo, la consecuencia es prácticamente inevitable. Y, en segundo lugar, pueden brindar un enfoque preventivo, puesto que si se modifican esas condiciones, es posible que la situación, por lo general indeseada, pueda evitarse.
¿Los 22 Arcanos son válidos para por sí mismos realizar lecturas del Tarot?
Los Arcanos Mayores son cartas poderosas, puesto que representan aspectos existenciales con gran profundidad, es por ello que se pueden realizar tiradas en donde se empleen solo este grupo de naipes, sin que se vea afectado el mensaje que transmiten, por lo que no se altera su significado.
El uso exclusivo de los Arcanos Mayores en la lectura, también facilita el aprendizaje del Tarot. Inicialmente, suele recomendarse el estudio de estas 22 principales barajas, para posteriormente con la práctica, incorporar al resto de cartas que componen al mazo por completo.
Además, la temática sobre la cual se indaga, también sirve de guía para decidir la necesidad de incluir o no a los Arcanos Menores en una tirada. Por otra parte, la comodidad del tarotista resulta de gran importante a la hora de elegir a cuáles cartas les va a consultar.
¿Cuándo incluimos a los Arcanos Menores en la lectura?
Históricamente, los Arcanos Menores fueron incluidos en el mazo del Tarot con el fin de encubrir al arte adivinatorio que se practicaba con él. La adición de los ahora clásicos palos de la baraja española, disfrazaba la verdadera función del Tarot, haciendo parecer que se trataba de un simple juego de naipes con fines lúdicos.
Algunos autores suponen incluso, que la incorporación de estas cartas en el mazo, permitió que el Tarot sobreviviera a la Santa Inquisición, ya que no era vista como una ciencia oculta de adivinación, sino como un juego practicado por aristócratas, logrando así, zafarse de la persecución religiosa ocurrida en la Edad Media.
Aunque si bien es cierto que en el Medievo esta baraja sí era utilizada como un juego de naipes. Su lectura espiritual quedó oculta para evitar que quienes la practicaban recibieran acusaciones de herejía. Por lo que los Arcanos Menores comenzaron a ser utilizados también en la interpretación del Tarot.
Existen diversas situaciones en la que la inclusión de estos palos de la baraja, enriquece el resultado de la lectura. Cada una de las 56 cartas que conforman a los Arcanos Menores, tiene un significado particular característico que detalla circunstancias y eventos de la vida cotidiana.
Por lo que el uso en conjunto de ambos grupos de naipes, amplía la interpretación que ofrece el Tarot, complementando así, la información arquetípica y el enfoque profundamente espiritual que otorga la presencia de los Arcanos Mayores, para aportar también la sabiduría que requiere el día a día.
Además, incluir a las barajas secundarias del Tarot, depende igualmente de la capacidad interpretativa del tarotista, por lo que la experticia en el manejo de estos naipes se va desarrollando con la práctica. En algunos tipos de mazo, estas cartas están simbolizadas únicamente por su numeración y el palo al que corresponde.
Esta representación minimalista no brinda mayor detalle sobre el significado de cada naipe, por lo que se requiere de un estudio profundo y concienzudo para proceder a incorporar a los Arcanos Menores en la lectura. En cambio, en otros tipos de Tarots, estos son representados mediante ilustraciones más elaboradas.
Con lo que la interpretación se facilita en gran medida con el uso de estas cartas, pues aportan mayor detalle. Es por esta razón, que en estos tipos de baraja, los tarotistas que no poseen mucha experiencia, pueden incorporar a los Arcanos Menores en la lectura, permitiendo con ello, además, el desarrollo de su intuición.
Los Arcanos Mayores y sus dos grupos
Las 22 barajas que conforman a los Arcanos Mayores, pueden subdividirse en dos grandes grupos. El primero responde a las fuerzas internas del individuo y está constituido por la secuencia de los primeros 11 naipes, partiendo desde el Arcano 0: El Loco, hasta llegar al Triunfo X: La Rueda de la Fortuna.
Por lo que, las barajas que conforman entonces al segundo grupo, son las 11 cartas restantes, es decir, desde el Arcano XI: La Justicia hasta el Triunfo XXI: El Mundo. Este conjunto de naipes simboliza a todas las fuerzas externas que tienen la capacidad de incidir en el ser humano.
Los 11 primeros Arcanos Mayores
El primer grupo de Arcanos Mayores representa a las fuerzas internas, es decir, a todas las capacidades y posibles potencialidades con las que se cuentan como individuo, para poder afectar de alguna forma a las circunstancias que ocurren en la vida. En estas fuerzas se incluyen los aspectos que se pueden controlar.
Al poder manejarlos, es posible entonces modificarlos a voluntad, y con ello se logra asumir completamente la responsabilidad que otorga tal poder de control sobre las situaciones en las que se desenvuelve la existencia. Esto demuestra, el efecto que ejercen las acciones individuales sobre nuestro propio mundo.
Por otra parte, el libre albedrío permite que estas potencialidades puedan ser utilizadas o no, para conseguir con ellas producir un beneficio, aunque de hecho siempre se encuentren a disposición en el interior de cada ser humano. Este conjunto que expone la fuerza interior, está conformado por los Arcanos Mayores:
- 0 – El Loco.
- I – El Mago.
- II – La Suma Sacerdotisa.
- III – La Emperatriz.
- IV – El Emperador.
- V – El Sumo Sacerdote.
- VI – Los Enamorados.
- VII – El Carro
- VIII – La Fuerza
- IX – El Ermitaño.
- X – La Rueda de la Fortuna.
Los 11 últimos Arcanos Mayores
El segundo grupo de Arcanos Mayores representa a las fuerzas externas, es decir, a todas las circunstancias y eventos que surgen día a día para permitir la expansión del individuo. En estas fuerzas se incluyen los aspectos que no se tiene la capacidad de controlar, puesto que provienen de una energía superior.
La influencia del mundo no-físico sobre la vida terrenal resulta de gran beneficio, ya que por una parte, aligera las cargas de todas aquellas situaciones en las que no se cuenta con la capacidad de poder manejarlas, y por otra, porque facilita las acciones que se deben realizar para conseguir un objetivo concreto.
Las fuerzas externas son un regalo de la Providencia, representa la influencia que ejerce el poder de los astros sobre el mundo, esa energía universal que fluye incesantemente hacia todos nosotros con el fin de orquestar que las capacidades puedan ser exteriorizadas para producir las circunstancias deseadas.
Es importante saber, que todas estas bendiciones pueden o no ser aceptadas, y con ello, pueden o no contribuir al desarrollo de un beneficio real, pues esta es la verdadera libertad que se tiene para elegir. Este conjunto que expone la fuerza exterior, está conformado por los Arcanos Mayores:
- XI – La Justicia.
- XII – El Colgado.
- XIII – La Muerte.
- XIV – La Templanza.
- XV – El Diablo.
- XVI – La Torre.
- XVII – La Estrella.
- XVIII – La Luna.
- XIX – El Sol.
- XX – El Juicio.
- XXI – El Mundo.
El significado de los Arcanos Mayores en los diferentes Tarots
A lo largo de la historia, desde que surgió el primer mazo de Tarot (el cual siempre ha sido un tema de discusión), se han diseñado diversos tipos de baraja, con diferencias y similitudes, que buscan suplir lo que el autor consideraba que hacía falta en las cartas predecesoras.
Cada uno de estos Tarots, tiene impregnada la filosofía y la perspectiva que poseía su creador, la cual a su vez, ha ido evolucionando con la interpretación que le otorga cada Tarotista. Por lo que una baraja en particular, confiere gran utilidad que depende muchas veces de la forma en la que se produce su lectura.
De los distintos tipos de naipe que se han diseñado en la historia, los más importantes actualmente son:
- Tarot de Rider Waite Smith.
- Tarot de Marsella.
- Tarot Egipcio.
Existen otros tipos de baraja menos conocidos, pero que poseen de igual forma abundantes beneficios, entre las que se incluyen a:
- Tarot Visconti-Sforza: uno de los mazos más antiguos, sus naipes incompletos se guardan en museos y colecciones privadas.
- Tarot Gitano.
- Tarot Celta o de los Druidas.
- Tarot Renacentista de Giovanni Vacchetta.
- Tarot Osho Zen.
- Tarot Thoth de Aleister Crowley.
- Tarot Illuminati.
- Tarot del Libro de las Sombras.
- Tarot de las Brujas.
- Tarot de los Ángeles.
- Tarot de los Magos.
Simbología en los naipes de Rider Waite
Este mazo fue creado a principios del siglo XX por Arthur Edward Waite. Las ilustraciones fueron realizadas por Pamela Colman Smith. Y, su primera impresión estuvo a cargo de Rider. Es por esta razón que el mazo lleva sus nombres (Rider-Waite, Waite-Smith o incluso Rider-Waite-Smith).
Las barajas presentan una simbología muy rica, con dibujos detallados que facilitan la interpretación de las cartas, convirtiendo a este juego de naipes en un mazo ideal para aprender a leer el Tarot. Además, esta fue la primera baraja en representar a los Arcanos Menores mediante ilustraciones bastante elaboradas.
La secuencia de las barajas en este mazo, intercambia las posiciones de dos de los Arcanos Mayores, con lo que La Justicia, representada en Tarots más antiguos por el número VIII, es asociada en este juego de cartas al número XI, que respectivamente posicionaba al Arcano La Fuerza en mazos anteriores.
Representación del Tarot de Marsella
Se cree que este juego de cartas data de finales del siglo XVII, algunos historiadores incluso lo vinculan al siglo XV. Es posiblemente el mazo más popular del Tarot. Sus naipes presentan ilustraciones con características medievales, semejando las formas y la gama de colores observadas en los vitrales góticos.
Al contrario que con la baraja de Rider Waite, la simbología expuesta en los Arcanos Menores del Tarot de Marsella, alude exclusivamente al número del naipe. En tanto que, su ilustración refleja el palo que esa carta representa. Por lo que su lectura, requiere un mayor conocimiento de su significado.
Cartomancia con el Tarot Egipcio
En cambio, este mazo no cuenta con la representación gráfica de los Arcanos Menores mediante los cuatro palos de la baraja (oros, copas, espadas, y bastos), sino que recurre a ilustrar situaciones cotidianas. Todas las imágenes (tanto de los Arcanos Mayores como de los Menores) son alusivas al antiguo Egipto.
Este juego de naipes es considerado por algunos tarotistas como una forma sagrada y precisa en la lectura del Tarot, puesto que tanto su ilustración como su comprensión abarca estudios de Mitología, Kábala y Astrología como parte de su doctrina, requiriendo entonces un estudio mucho más exhaustivo.